La pura verdad: Para mí, venida del norte, zodiacalmente gobernada por el aire y el agua, las tierras más allá (sur) de Alar del Rey me resultan tremendamente agotadoras en los meses de verano. Los rayos de sol me duelen como si se tratara de una extraña forma de acupuntura, y hay un momento a partir del cual la sensación cutánea es casi insoportable y los ojos en modo «topo» crian patas de gallo. Eso es así por mucho que intente mimetizarme.
Por ello, ir a Baltanás, tierra del Cerrato, finales de julio, es todo un reto, casi un atrevimiento, aunque sea para un rato. Y lo hicimos porque ahí estaba Paco esperandonos, Paco, que había organizado el «2º Buen Rato en el Cerrato» y la gente de Baltanás, acostumbrada a estos calores y con ganas de ver lo que les traía la feria de alimentación y artesanía de cosas nuevas, ricas, curiosas.
Actuamos «a aguja doble«, tricotando y bordando. Y la gente aprovechó para dar unas puntadas con nosotros. Os dejamos unas fotos de la parte «oficial». Porque del riquísimo jamón que comimos a mediodía en buena companía, de la tarta de ciruelas que probamos casí de forma espontánea el sábado, del baño en la piscina para reponer los niveles de humedad corporal, y del concierto de Mayalde no hay. Lo siento!
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